Entradas populares

jueves, 22 de noviembre de 2012

Parte 3. Capítulo 2 de mi novela.


-He aquí el mayor símbolo de poder que se pueda otorgar a un verdadero monarca. Tengo en mis manos la corona real de Brenel.- alzó la valiosa corona. La sala entera la contemplaba.- Alberto, hijo de Alberto III, nieto de Alberto II.-tras una breve pausa continuó.-Hoy, 8 de noviembre del año 192 de la Quinta Edad, y en nombre de la diosa Aenna, tengo el privilegio de nombraros nuevo monarca de nuestro reino.- Su tío Juan lo miraba orgulloso, confiaba bastante en que lo eligiera como Gran Consejero. Después de todo había organizado todos los preparativos de ese gran día. El sacerdote descendió la corona y la posó sobre la cabeza del joven.- Yo os nombro Alberto IV, rey de Brenel.- finalizó el anciano. Alberto derramó una lágrima. Se puso en pie y se dio la vuelta. Los ojos de los presentes se clavaban en él. Sonrió emocionado.
El almuerzo se desarrolló tranquilamente en la sala de la noche anterior. Ahora las gentes se agitaban un poco más, pues no sabían el secreto tan guardado que escondía el nuevo monarca de Brenel. Alberto, una vez sentados todos, habló:
-Bien, llegado a este punto, ahora que soy rey, puedo decidir en todos los aspectos del reino. En primer lugar, el motivo por el que he convocado a todos ustedes.- Las doncellas Alba y Bea lo miraban impacientes. Todos estaban muy curiosos.-Momentos antes de morir, mi madre mencionó algo acerca de algo que debo buscar.- Hizo una pausa.
-¿Qué cosa era?- preguntó Sid sorprendido.
-No terminó la frase, murió antes de acabarla.- contestó fulminantemente a su compañero.
-Demasiado sospechoso es eso, ¿dejar algo importante para el final?- Dijo el joven Miguel.- Tenemos que descubrir que está pasando aquí.-
-No te impacientes querido.-señaló Diana con aire de superioridad.-Todo a su tiempo.-
-Pues decidme qué cojones hacemos ahora.- dijo Bled.
-Es curioso, ¿qué más te dijo tu madre, Alberto?.- preguntó Juan a su sobrino. Las miradas fluían en la sala.
-Se levantó algo rara del trono, caminó hasta el centro de la sala diciendo que yo me convertiría en el nuevo rey. Después se paró en el centro y me dijo: "busca la..." y cayó al suelo.- conforme lo contaba se puso triste.-La verdad no se a que se pudo referir...- bajó la mirada.
-Aquí no averiguamos nada, y no podemos perder más tiempo. Sé de alguien que puede ayudarnos.- propuso el rey de Agunia. -Mi madre.- añadió al fin.
Copyright © Todos los Derechos Reservados 
Autor:Miguel García Campos


No hay comentarios:

Publicar un comentario