Medik reaccionó ante los gritos y llantos que escuchó no muy lejos.
En seguida empezó a correr por la calle curva, no estaba lejos. Al ver que los
gritos provenían de su casa aceleró más su paso, se le hizo eterno. Vio la
fachada de la casa en llamas, se detuvo un momento y corrió de nuevo. Justo
antes de entrar por la puerta principal apareció Andrea con la cara llena de
tizne y tosiendo.
-¿Dónde está Jelen?- gritó desesperado. Andrea estaba
paralizada.-¡Contestame niña!, ¿dónde está mi hija?- En ese momento Andrea se
dio cuenta de la situación, se le abrieron los ojos como platos y su tío entró
en la casa rompiendo la puerta , seguía paralizada. Ahora le inundaba el pensamiento
de que a Medik solo le importaba Jelen, ella era una carga, no la quería nadie.
Breves instantes después, Andrea volvió en sí y la ira recorría
sus venas. Rompió un trozo de su camisón mojado y lo puso en su cara. Entró en
la pollería. Se encontró a la sombra de su tío gritando y buscando alguna forma
de subir al piso superior. Entonces vio a Andrea.
-¡Andrea!, ven rápido.- indicó el hombre. La muchacha obedeció.
Medik, de constitución fuerte cogió a la joven y puso sus pies sobre sus
hombros, así Andrea pudo ascender al pasillo de arriba. La madera aún estaba
algo estable. Se introdujo en el estrecho pasillo lleno de humo. Su tío a sus
espaldas empezó a toser. La chica fue al cuarto de Jelen, seguía dormida.
Andrea se aproximó a ella lentamente, observándola. De repente se escuchó un
grito de la vieja Verena, su casa había empezado a arder. Acto seguido Jelen
despertó y la vio a ella, con un trozo de madera llameante y con una mirada
asesina.
-Andrea...- susurró- ¿qué...qué estás haciendo?- preguntó tartamudeando.
Empezó a toser.
La otra chica actuó rápido moviendo de un lado para otro el trozo
de madera que ya ardía hasta casi su mano.
-Se acabó hermanita, tu asquerosa vida ha llegado a su fin.-
Apenas se le escuchaba. Jelen retrocedía pasos atrás asustada, el suelo estaba muy
caliente y crujía más de lo normal. Andrea se lanzó a por su prima, saltó a la
cama y se puso de pie sobre ella. Arrojó la tela que cubría su boca y nariz. El
fuego de la madera que llevaba ya rozaba sus dedos, se estaba quemando. Saltó
de la cama al suelo y este cedió. El agujero se fue haciendo grande en el
centro de la alcoba, la cama se introdujo en el hueco. Andrea se aferró a uno
de los bordillos llenos de astillas, estaba colgada. Tenía que dedidir, o se
quemaba agarrada o se dejaba caer a un mar de madera incandescente. Empezó a
gritar. Las llamas del piso de abajo le llegaban a la punta de los pies. Jelen, en un acto de
ayuda intentó socorrer a su hermanita, pero justo cuando iba a hacerlo, la
madera cedió y Andrea se precipitó. En un acto de desesperación Jelen comenzó a
bordear la habitación llameante. Casi en la puerta, el suelo cedió de nuevo.
-¡Jelen no!- gritó Medik agarrando en el último momento a su hija
que caía. Había conseguido subir al piso superior. Se miraron dificultosamente
por el humo. Jelen cerró los ojos y se desmayó. Seguían cogidos de las manos. A
duras penas Medik agarró a la joven casi sin fuerzas. Se puso en pie y saltó a
la entrada de la casa con ella en brazos. Al llegar al suelo sus piernas
quedaron inertes clavadas en la madera por el salto. Empezó a sangrar
dolorosamente, estaban rotas. Desesperado, Medik vio la poca luz de la calle a
escasos metros,una silueta observaba la tragedia. En un último acto Medik gritó
empujando con los brazos a su hija hacia la salida. La sombra entró por la
puerta, miró a Medik unos segundos, recogió al cuerpo inmóvil y salió.
El hombre estancado en el suelo no hizo esfuerzos por moverse, se
paralizó del todo, empezó a llorar mientras se oían fuera voces de prostitutas
y vecinos gritando. Miró hacia arriba, como símbolo del cielo. Cerró los ojos y
rezó al dios Mert. Abrió los ojos de nuevo, las llamas ascendían por su tronco
y brazos. La última imagen que vio fue la viga precipitándose sobre su cabeza.
Copyright © Todos los Derechos Reservados
Autor:Miguel García Campos